Prefiero a espiritu navideño, yo eso no lo manejo, pero todo el mundo si, mejor, porque a eso es que voy, ya enrede la cosa diciendo lo que no tenía que decir pero ahora si lo voy a decir pa que vea pues.
Este diciembre ha sido, como siempre una temporada muy buena para mi y creo que pa' mucha gente (contadas excepciones debido a eventualidades trágicas (ex fulanita)) es posiblemente en el que mas salvajemente he tratado a mi pobre cuerpecito bebiendo como una mica y trasnochando-amaneciendo cada que se pudo (o no se pudo), afortunadamente tengo un cuerpecito agradecido (o a la final vengativo que acumula cosas y luego sacará las uñas).
Adjunto a lo de las fiestas, y el tema original de este post, es el asunto del cambio de actitud del común de la gente respecto a los demás ligado a la época, eso que llaman espiritu navideño.
Es muy vacano lo que sucede de ir por la calle y que todo el mundo es tu mejor amigo y te ofrece comida, bebida y casi la casa porque todos quieren que te quedés allá (no necesariamente estando ebrios); ver como el vecino regañón que solo mira feo el resto del año, al vernos embalados prendiendo leña pa' un sancocho, salió sin decirle nada con mecha, gasolina y un machete y nos prendió el asunto; como ante los ojos de todo el mundo, unos sujetos medio borrachos jugando futbol arrojan el balón al carro del vecino y este no solo no se enoja sino que dice que sí fue tiro de esquina; que toda una cuadra coma de la misma olla y en los mismos platos (de los cuales seguramente se van a perder dos o tres de tu casa pero en una o dos semanas aparecen); en fin, que todo el mundo a uno lo conoce, lo quiere, lo aprecia, lo admira, lo conoce desde chiquito (aunque a estas alturas ya se va volviendo uno el que empieza a ver grandes a los ex-niños)... todo, todo eso, es una ch*mba.